La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento...
miércoles, 2 de enero de 2013
Cuando haces tu mayor esfuerzo, pero no tenés éxito. Cuando obtenés lo que querés, pero no lo que necesitas. Cuando te sentís tan casado, pero no podes dormir (trabado en reversa). Y las lágrimas caen por tu rostro cuando perdés algo que no podes reemplazar. Cuando amas a alguien, pero es un desperdicio. ¿Podría ser peor? Cuando estas demasiado enamorado como para dejarlo ir. Pero si nunca intentas nunca sabrás lo que vales. Las lágrimas caen por tu rostro, te prometo que aprenderé de mis errores. Las luces te guiarán a tu hogar y se encenderán tus huesos. Y yo trataré de arreglarte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario